viernes, 19 de febrero de 2010

Dama ceniza (1)



Un día de niebla espesa, el caballero se percató
Su amada princesa, su coherencia perdió
Cada noche de luna llena, era un sueño de fuego
En el que todos, plebeyos, campesinos, nobles, reyes, dioses
Con el sonido de su estruendosa risa ardían junto al ruego.

Así la joven de cabellos rubios, un baile celebró
Y al enamorado caballero le rogó:
" Con candados de acero y plata, las puertas cerrad,
nadie en este baile debe penetrar"
La mente gritaba y el corazón golpeaba,
"Los deseos de la amada órdenes son".

En la noche de luna llena, ella ordenó,
todo invitado con aceite se bañó.
Un ritual nuevo que inventó, y que según ella
a los dioses complació.

Y en el hechizo del baile, de sus manos
la cerilla cayó.
Todo el mundo, en el salón ardió.

Ella reía, veía su sueño cumplido
y ordenaba sin piedad a los violines tocar
"¡Más! ¡Más! ¡Más!"
Entre las llamas caminaba, escuchando el suicidio de las notas del piano
"¡Caballero, caballero, las puertas abrid, que vuestra amada va a salir!"

El joven llorando, con su corazón desgarrado,
a la princesa dejó salir.




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